Un presupuesto de 1.7 millones de bolivianos destinado al mantenimiento de puentes está sin ser utilizado y permanece en las arcas municipales de Cercado, desde hace al menos tres años.
Estos recursos están destinados específicamente para el Viaducto de la avenida Blanco Galindo y Melchor Pérez, uno de los puentes que requiere una intervención urgente, desde hace tres años, por su deterioro, pero el dinero no se utilizó hasta la fecha, según confirmaron fuentes de la Alcaldía.
El motivo, según el exoficial mayor de Infraestructura y Desarrollo Territorial de la Alcaldía de Cochabamba, y ahora concejal municipal, Sergio Rodríguez, se debe a que ninguna empresa se presentó a las dos licitaciones que lanzó el municipio.
Sin embargo, al haberse declarado desiertas ambas convocatorias se debió hacer un contrato por excepción, es decir una invitación directa para la intervención inmediata del puente que está en peligro de colapsar en cualquier momento, según determinaron peritos del Colegio de Ingenieros Civiles.
Los recursos, todavía vigentes, serán ejecutados el próximo año, aseguró el secretario de Planificación de la Alcaldía de Cercado, Manuel Prado, quien garantizó que también se realizará un diagnóstico de la situación en la que se encuentran los otros puentes que están dentro del municipio.
“No hemos encontrado ningún plan de mantenimiento de puentes al ingresar a la Alcaldía y nos preocupa la situación”, puntualizó.
EL ÚNICO PRESUPUESTO
Los 1.7 millones de bolivianos (para el Viaducto) son los únicos recursos con los que cuenta el municipio para realizar el mantenimiento.
Las otras diez infraestructuras de este tipo que tiene la ciudad, no cuentan con recursos asignados para trabajos de mantenimiento, a pesar de que algunas de ellas confrontan problemas por los frecuentes golpes que han recibido de parte de transportistas que no respetan las normas en cuanto a peso y altura se refieren.
UNA VEZ POR AÑO
Según la Cámara de Construcción de Cochabamba, se debería realizar una evaluación de los puentes, por lo menos una vez al año, para la ejecución de trabajos de mantenimiento. Sin embargo, esta tarea no es cumplida por el municipio.
El presidente de la Asociación de Ingenieros Eméritos, Gonzalo Maldonado, indicó que no hay una norma nacional que indique cada qué tiempo se debe realizar el mantenimiento de un puente. Sin embargo, mencionó que existen recomendaciones que señalan que se lo debe hacer trimestral o semestralmente.
A su turno, el concejal Rodríguez informó que en los cinco años de la pasada gestión municipal se dispuso de un millón de bolivianos para trabajos en pasos a desnivel solamente.
“Hemos hecho trabajos de drenaje en el puente Huayna Kapac y Cala Cala, además los hemos pintado porque estaban todos grafiteados”, precisó. Este mantenimiento estuvo a cargo del personal de la Alcaldía.
El municipio no se pudo hacer cargo de las obras del Viaducto por falta de maquinaria especializada para este tipo de trabajos.
¿CÓMO SE DEBE INTERVENIR?
Víctor Álvarez Encina, miembro del Colegio de Ingenieros Civiles y experto en la construcción de puentes, señaló que para hacer el mantenimiento de un puente el primer paso es hacer una auscultación. Para ello se deben realizar inspecciones especiales y un inventario.
En una segunda fase, la auscultación debe estar acompañada de equipos de inspección y ensayo y se debe hacer una valoración de los daños detectados.
En esta etapa también se deben fijar plazos para la actuación, según la gravedad de los daños detectados. Prado, por su parte, aseguró que se espera un informe actual de la situación del Viaducto para hacer la intervención.
“Esperamos tener el informe hasta fin de año para arrancar con los trabajos a principios de 2016”, puntualizó.
PRESUPUESTOS BAJOS
Las razones para que empresas constructoras no se presenten para realizar los trabajos de mantenimiento son varias. Una las más importantes es el bajo presupuesto que ofrece el municipio para estas tareas. Así lo manifestó el presidente de la Cámara de Construcción, Franklin Pérez.
Las empresas realizan un análisis técnico-económico-social de los proyectos y sus precios referenciales a objeto de definir su participación como proponentes en las licitaciones. Y si existen las condiciones adecuadas se presentan, caso contrario no lo hacen.
Maldonado, por su lado, resaltó que las ofertas de las obras públicas son irreales, actualmente.
“Por ejemplo, la mano de obra de un peón en una obra es de 80 bolivianos cuando en el mercado no hay menos de 120, sin tomar en cuenta los beneficios sociales de estos trabajadores”, ejemplificó.
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