Antes de su muerte, el expresidente del desaparecido Servicio Nacional de Caminos (SNC) José María Bakovic advirtió de al menos 21 irregularidades en el proceso de contratación de la empresa brasileña OAS para la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos (Tipnis).
Las anomalías detectadas por Bakovic fueron divididas en tres grandes grupos, que abarcaron desde la convocatoria a la construcción de la carretera, las irregularidades presentadas durante la licitación de la obra y las características de la adjudicación.
En el primer grupo, el fallecido extitular indicó que la construcción de una carretera a través del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) no se encontraba en el Plan Nacional de Transportes de 2005, además de que los estudios de factibilidad, ejecutados por las prefecturas (actuales gobernaciones) de Beni y Cochabamba y el SNC fueron canceladas en 2006 por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).
De acuerdo con Bakovic, esto impidió conocer si existían alternativas al trazo o a la calidad de la obra. Asimismo, señaló entonces que la obra no contaba con diseño final, sobre este punto destaca que el tramo que debía pasar por el Tipnis tampoco contaba con diseño final.
Respecto a la licitación, hubo 22 modificaciones al Documento Base de Contratación (DBC), el cual marca las reglas, las especificaciones y restricciones que deben cumplir las empresas proponentes para participar del proceso de licitación.
Entre estas modificaciones, Bakovic resalta dos: la primera, quita el asfalto de la obra, por considerar que este componente incrementaría en demasía el costo del trabajo, cambiando este punto por la entrega de una carretera a una con superficie de tratamiento doble.
La segunda modificación quita el mantenimiento de la obra por cinco años, al argumentar que es una forma de abaratar costos. Sobre esto, Bakovic apuntó que estaba destinado a asegurar la no existencia de vicios ocultos una vez entregada la vía.
Por otra parte, observó que el precio referencial de la obra escaló de 177 millones de dólares, que estimó la SNC para la obra, a 436 millones de dólares, lo cual, es inexplicable porque la obra no contaba con un diseño final.
Asimismo, observó que el costo por kilómetro de la obra llegó a ser de 1,4 millones de dólares, cuando el máximo en obras similares era de 692 mil dólares, sobre todo al tomar en cuenta que en el caso de la ruta por el Tipnis no se incluía el asfalto.
Las irregularidades continuaron en la adjudicación del proyecto: OAS era el único proponente; algo “inexplicable”, dijo.
El expresidente de la SNC remarcó que al momento de presentarse, OAS hizo una oferta de 415 millones de dólares, cifra inferior tan sólo en 5% al precio de referencia, lo que Bakovic creía que era porque la empresa conocía ese precio con anticipación.
Asimismo, la Contraloría General del Estado halló al menos 10 irregularidades en el proceso de contratación, entre las cuales se citan la introducción de enmiendas posteriores a la aprobación del DBC, incumplimiento en el plazo establecido para la ampliación de la presentación de propuestas y el incumplimiento del DBC, entre otras.
Si bien el proceso de construcción de la carretera fue frenado por el Gobierno en 2011, el tema cobró relevancia luego de que la semana pasada el diario Folha do São Paulo filtró parte de las declaraciones premiadas del expresidente de OAS Leo Pinheiro, en las cuales hace mención al presidente Evo Morales.
De acuerdo con Pinheiro, el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presionó a la empresa para que retome una obra deficitaria en Bolivia, a cambio de “compensaciones” de parte del Gobierno, que Bakovic calculó en 1.000 millones de dólares.
Las denuncias del expresidente de OAS
El extitular de la brasileña OAS Leo Pinheiro aseguró que el presidente Evo Morales le ofreció a esa compañía compensarla con la adjudicación de otras obras si primero asumía la conclusión de la ruta deficitaria Tarija-Potosí, entregada con observaciones por la también brasileña Queiroz Galvão, según una publicación del periódico Folha do São Paulo.
“En una reunión en una fecha no informada, Pinheiro le dijo al entonces presidente Lula que el trabajo (en la ruta Tarija-Potosí) estaría en déficit, dadas las secciones que debían arreglarse y los precios esperados. La respuesta, según el informe, era que Evo estaría dispuesto a compensar económicamente a la empresa mediante la adjudicación de otros contratos”.
La construcción de la carretera Potosí-Tarija fue adjudicada en 2003 a la compañía brasileña Queiroz Galvão, que no llegó a concluir la ruta y la transfirió a OAS.