La obra tuvo una inversión de más de 33 millones de dólares y fue entregada por el presidente Evo Morales el 15 de noviembre del 2016.
"Esta obra está en total deterioro (…) Son cerca de 40 Km que están prácticamente destruidos, y sabemos que esta empresa Corsán ha abandonado el país y no sólo ha dejado una carretera, ha dejado tres carreteras mal construidas y otras ha abandonado a un 15 o 20 por ciento de avance”, manifestó Nuñez.
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Denunciando un posible daño económico al Estado, el legislador solicitó al ministro de Obras Públicas, Milton Claros, un informe escrito sobre la licitación y adjudicación de esta obra a la empresa Corsán Corviam. La diputada Fernanda San Martín (UD) también pidió un informe a la autoridad sobre la carretera Ixiamas – San Buenaventura que tiene sólo 25% de avance en su construcción.
La pasada semana, la presidenta de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), Noemí Villegas, informó que la empresa española dejó de operar en el país desde el mes abril dejando inconclusas la carretera Ixiamas - San Buenaventura. A esta obra se suma el abandono del proyecto hidroeléctrico Miguillas, en La Paz.
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Según investigaciones, la empresa española adeudaría cerca de 80 millones de bolivianos a 120 empresas que subcontrató para ejecutar la construcción de la carretera Ixiamas -San Buenaventura.
Tras pesquisas realizadas por la Policía judicial española, en el marco del "Caso Pujol”, se reveló que la empresa española Isolux Corsán, casa matriz de Corsán Corviam, montó una red de sobornos a funcionarios públicos en África y Sudamérica para adjudicarse obras en países como El Salvador, Chile, México, India y Congo.
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