Uno de los ejemplos que puede ser citado en estos casos es el camino que une a la población de Achacachi a la comunidad de Queascapa, cantón Puerto Chahuaya perteneciente a la tercera sección de la provincia de Camacho, donde las vías no sólo están “mal parchadas” de asfalto, sino que presentan varios huecos en el pavimento, según denunció el representante de la población Edgar Franz Chambi.
Realizar el recorrido desde la ciudad de El Alto a la comunidad de Queascapa en un vehículo todo terreno, puede evitar que se sienta todo el proceso de barquinazos y movimientos en zigzag, que debe realizar el transporte de servicio público, como son los minibuses y buses, los cuales son más utilizados por la población. En el interior de este tipo de transporte viajan familias integras, con hijos menores u adolescentes que deben efectuar estos recorridos por lo menos una a dos veces por mes, con la finalidad no sólo de vender sus productos sino de adquirir otros para su producción agrícola como para resolver sus necesidades.
Esta población, como lo expresa Chambi no sólo es la más necesitada, y demanda ser atendida en el mejoramiento de sus vías, sino que de ellos como productores atienden a muchas ciudades como La Paz, quienes se benefician con producción de papa, haba, zanahoria, entre otros productos. Sus representantes comunitarios aseguran haberse cansado de tanto insistir a diferentes instancias como la propia ABC, Gobernación departamental y Gobierno central para poder lograr el mantenimiento de su única vía, razón por la que advierten en demandar dichas obras con otro tipo de acciones.
“Nos hemos cansado de tanto ir a La Paz y solicitarle al gobernador cesar Cocarico, además él pertenece a provincia, el asfaltado a Puerto Acosta desde La Paz, nunca fue atendido y como usted ha visto parece un campo de guerra, porque todo esta hueco, parches provisionales”, explica Chambi.
En la misma dimensión los transportistas de esa población aseguran que son ellos quienes deben invadir carril a la fuerza para que los huecos no “les quite el volante” y los hagan perder el control. Asimismo, reconocen que sus vehículos, que debería tener entre ocho a 10 años de vida, en cuatro ya quedan destrozados, como consecuencia de la calidad de carretera que ellos deben recorrer sorteándose entre la vida y la desgracia.
Marcial Copa compara a esta vía con el juego de la ruleta rusa (juego en el que cada uno de los participantes dispara un arma de fuego cargada con un solo proyectil), donde los huecos de la vía son como el gatillar de un arma, que pone en riesgo sus vidas.
“Es lo más peligroso que tenemos, nosotros que podemos llegar en una a dos horas, llegamos en cuatro. Es por eso que creemos que esta gestión de la Gobernación se ha aplazado”, manifestó.
Las vías camineras para Copa son como las venas en un cuerpo humano que permiten la circulación correcta de la sangre que llegan al cerebro y el corazón para seguir viviendo, cuando estas están colapsadas o enfrentan un problema, se corre el riesgo de morir y las comunidades de Queascapa, ven postergada su posibilidad de seguir viviendo con la producción porque sus caminos no tiene ningún mantenimiento.
Alrededor de 60 transportistas afiliados en cuatro sindicatos son quienes además de vivir en las comunidades de la provincia Camacho deben enfrentar todos los días las condiciones inadecuadas en las que se encuentran sus caminos por más de 12 años.
Los transportistas de Huaycho, Norte Altiplano, Fronterizo, entre otros, esperan que las autoridades presten más atención en el mejoramiento para mejorar los recorridos por el departamento de La Paz.
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